Gracias a un sensor de reconocimiento facial instalado en la cabina de manejo, el sistema detecta gestos de somnolencia, fatiga y distracción del conductor, y a modo de prevención, dispara alarmas sonoras que le advierten sobre los potenciales riesgos. Pero también, gracias a una cámara que registra un “video de ruta”, es posible detectar las líneas que demarcan los carriles (si cambia de carril sin utilizar el guiño se disparará una alarma de advertencia), los bordes externos del camino, las partes no asfaltadas, y hasta las chances de colisión con otros vehículo (debido a que mide la distancia con el vehículo de adelante).
Grönberger, 29 años, licenciado en administración de empresas, contador y con un posgrado en finanzas, explica que el proyecto es el resultado de dos años de investigación en la Argentina, y que fue desarrollado por especialistas locales.
“En el proceso de armado nos comimos varios chascos. Tuvimos un astrofísico, un matemático, representantes de todos los rubros imaginables hasta que logramos formar el equipo definitivo con cinco ingenieros electrónicos del ITBA y la UTN, especializados en el área de la visión artificial y tecnología, con estudios de posgrado en universidades de Alemania y Taiwan. Se aplicaron de forma innovadora técnicas combinadas de sistemas de control y algoritmos desarrollados específicamente para el procesamiento de toda la información relevada durante el manejo”